En el sur de Bogotá, entre las localidades de Tunjuelito y Ciudad Bolívar, se encuentra un ecosistema invaluable: el humedal El Tunjo. Más allá de su riqueza ecológica, este humedal representa un sitio de profundo significado espiritual y cultural para el pueblo muisca, custodios ancestrales del Altiplano Cundiboyacense desde mucho antes de la colonización europea.
A más de tres mil kilómetros de distancia, en la zona suroriental de Ciudad de México, sobrevive otro cuerpo de agua emblemático: el humedal de Xochimilco, herencia viva del pueblo mexica. Allí florecen aún las chinampas, un sistema agroecológico ancestral que combina sostenibilidad, ingeniería natural y respeto por el agua y la tierra.
Hoy, estos dos paisajes, separados por fronteras geográficas pero conectados por la memoria y la sabiduría de sus pueblos, se articulan en “Espejos de Agua – Water Mirrors”, una iniciativa internacional que promueve la defensa del agua, la recuperación de humedales y el diálogo intercultural desde una perspectiva de justicia ambiental y resiliencia climática.
Este proyecto, respaldado por el Instituto IHE Delft de los Países Bajos, es desarrollado con liderazgo técnico del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de los Andes, bajo la coordinación del profesor Luis Alejandro Camacho, en alianza con Umbela Transformaciones Sostenibles de México.
Desde una mirada transdisciplinaria, la Universidad de los Andes ha aportado el conocimiento científico de sus ingenieros civiles y ambientales, quienes han aplicado herramientas de modelación hidráulica, análisis de calidad del agua y estudios de cambio climático, con el objetivo de generar soluciones basadas en la naturaleza adaptadas a las realidades del territorio.
Recientemente, como parte del proyecto, se realizó una juntanza en el humedal El Tunjo. Allí, comunidades guardianas del humedal de Xochimilco compartieron experiencias con líderes muiscas, fortaleciendo el tejido de saberes alrededor de prácticas milenarias como los camellones y las chinampas. Estas técnicas agrícolas tradicionales, además de su valor cultural, representan estrategias vigentes para enfrentar los efectos del cambio climático y fomentar la sostenibilidad hídrica.
“La ciencia no basta sin comunidad”, afirma el profesor Camacho, quien ha sido clave en tender puentes entre el conocimiento académico y los saberes locales. “Nuestros estudiantes y egresados de ingeniería no solo diseñan soluciones, sino que se comprometen con el territorio, escuchan y respetan a quienes han cuidado el agua por generaciones”.
Durante la jornada también se llevaron a cabo talleres científicos y artísticos, entre ellos un laboratorio de calidad del agua y una actividad de cianotipia, donde los participantes crearon imágenes con el agua del humedal, lo que el equipo llamó “aura-grafías”, una forma poética y sensorial de registrar la vida del ecosistema.
El proyecto demuestra cómo los humedales urbanos pueden ser restaurados como espacios vivos que capturan carbono, moderan la temperatura, recargan acuíferos y albergan biodiversidad. A través de acciones concretas, la ingeniería ambiental uniandina contribuye al diseño de políticas públicas que reconozcan la importancia de estos ecosistemas para el equilibrio ecológico y la calidad de vida urbana.
En septiembre de 2025, el proceso continuará con un intercambio en Ciudad de México, donde representantes de la comunidad muisca y académicos de la Universidad de los Andes viajarán a Xochimilco para participar en un congreso internacional sobre defensa del agua y justicia ambiental.
“Espejos de Agua” hace parte de una red global en expansión, en la que también participan la Universidad del Valle con Kenia y la Universidad de Antioquia con Nairobi. Juntos abordan temas clave como la gestión sostenible de humedales, las aguas rurales y los acuíferos subterráneos, con el propósito común de valorar el agua como fuente de vida, cultura y transformación.
Con esta apuesta, los ingenieros civiles y ambientales de la Universidad de los Andes reafirman su compromiso con el desarrollo sostenible, el respeto por los territorios y la creación de soluciones técnicas con sentido humano, posicionando a la ingeniería como una herramienta para la regeneración ecológica y la equidad social en América Latina y el sur global.
